Una gran convocatoria se llevó a cabo en el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, donde estuvieron presentes Juan Manuel Casella, Federico Storani, Luis “Changui” Cáceres y Raúl Galván, entre otros dirigentes de la provincia de Buenos Aires y del país en general. La consigna fue clara y contundente y se acordó redactar un documento que condensara todas las expresiones escuchadas y para llevar adelante la vocación de poder del radicalismo.
Las oratorias fueron coincidentes en lo que respecta al gobierno nacional, dejando en claro que no representa ni mínimamente los ideales de la Unión Cívica Radical, a la vez que sus valores fundantes fueron todos atacados desde el gobierno central.
Hubo duras críticas a la actitud de los diputados nacionales que desoyeron el mandato popular y votaron en contra de la recomposición de los haberes de los jubilados. Por eso se solicitó al Comité de Ética del partido que esos legisladores sean expulsados.
Finalmente se anunció la convocatoria a una gran asamblea nacional para expresar por unanimidad los deseos del radicalismo frente a estas crisis y frente a este gobierno que, como quedó señalado en los discursos, no representa ninguno de los intereses nacionales que persigue el radicalismo.