La jefa de Gabinete del Ministerio de Salud de la Nación, Sonia Tarragona, estimó que los contagios de coronavirus en el país podrían registrar "una variación hacia abajo" a fines de enero y alentó expectativas de que "el descenso pueda ser vertiginoso así como fue el ascenso" ante la circulación de la variante Ómicron.
La funcionaria recordó que en el Gobierno "ya no hablamos de restricciones, hablamos de cuidados" y remarcó que "la única manera que tenemos para evitar el crecimiento en la transmisión es que las personas refuercen sus cuidados, que parece que se han relajado mucho y es natural que eso pase porque tuvimos muchos meses con pocos casos y eso hace que las personas sientan una sensación de seguridad que complica un poco la gestión de los casos".
"Vemos que se ha detenido la aceleración del crecimiento de los casos. Se crece a un ritmo menor, nunca pudimos saber cuándo puede ser el pico; pero confiamos en que el descenso pueda ser vertiginoso así como fue el ascenso", evaluó la funcionaria y magíster en Finanzas Públicas.
En ese sentido, apuntó que "aunque sean menos los casos graves y muertes, el número tan alto de contagios de coronavirus siempre preocupa".
Tarragona señaló que "en las terapias intensivas de todo el país, la mayor parte de las personas que terminan en UTI son personas que no completaron el esquema de vacunación o no se vacunaron, por eso es importante insistir en que la gente se vacune".
"No notamos una resistencia a la aceptación de las vacunas, como sí pasa en otros lugares. Argentina tiene más del 95% de la población mayor de edad vacunada al menos con una dosis, o sea no está en contra de las vacunas", aclaró Tarragona y precisó que en el país "se está vacunando a buen ritmo".
Por otra parte, recordó que en el Gobierno "ya no hablamos de restricciones, hablamos de cuidados" y mencionó que el presidente Alberto Fernández y la ministra de Salud, Carla Vizzotti, "ya han establecido los criterios para evaluar las condiciones de alarma sanitaria, que dejó de ser el número de casos y se ha concentrado en la tensión del sistema de salud".
Tarragona admitió que ahora "es muy difícil saber si estamos o no en el pico" de la tercera ola, aunque recordó que "hemos alcanzado un ritmo de crecimiento que ha descendido, seguimos creciendo pero con una tasa de crecimiento mucho menor".
"Eso nos da alguna idea de que podemos estar alcanzando los niveles más altos que se esperan para esta ola y esperamos el descenso con mucha rapidez, es lo que se ve en otros países que han transitado ya esta ola", añadió y afirmó que se podrá "a fin de enero empezar a ver una variación hacia abajo en el número de casos", que va a "permitir evaluar cómo seguir adelante".
La funcionaria remarcó que pese al elevado número de casos "las terapias intensivas están con poca gente" en comparación con las más de 7 mil personas que hubo en la segunda ola y dijo que "ahora las estrategias se orientan a trabajar en los cuidados personales".
Tarragona recordó que "Ómicron ha desplazado rápidamente a Delta" y citó los ejemplos de la ciudad de Buenos Aires y Córdoba, pero aclaró que aún "tenemos predominancia de Delta en muchas provincias, cada vez menos".
Al respecto, indicó que "ya no tenemos medidas uniformes para todo el país" y explicó que "cada territorio puede establecer, en base a la situación de riesgo y a la situación epidemiológica, cuáles son estas medidas de cuidado para mejorar la situación".
"El foco hoy de tensión del sistema ya no está en las terapias intensivas, sino en el primer nivel de atención, porque estamos viendo muchos casos leves y moderados que se resuelven sin internación, pero eso hace a un crecimiento grande y vertiginoso en los centros de testeos", destacó.
Con respecto al regreso a clases, subrayó que "cada provincia deberá en su momento evaluar las medidas a aplicar en su territorio" dado que "las realidades en cada una de las jurisdicciones son distintas".
"Todos queremos un regreso a clases seguro y recuperar el tiempo de los dos pasados años", completó Tarragona.