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Incendios y pandemia golpean a 20 millones de personas en la Amazonía

El aire en la Amazonía, en Brasil, se ha vuelto "insoportable" de respirar para miles de sus habitantes. El humo de los incendios que avanzan en estos meses de temporada seca y la pandemia de coronavirus están detrás de una crisis sanitaria

26 de Agosto de 2020

El aire en la Amazonía, en Brasil, se ha vuelto "insoportable" de respirar para miles de sus habitantes. El humo de los incendios que avanzan en estos meses de temporada seca y la pandemia de coronavirus están detrás de una crisis sanitaria de doble filo en la región, según un informe divulgado este miércoles.

 

Esos dos problemas amenazan las vías respiratorias de los poco más de 20 millones de personas que viven en la parte brasileña de la Amazonía, que abarca casi el 60 % de la superficie total del país y alberga a cientos de miles de indígenas.

 

El Instituto de Investigación de Pesquisa Ambiental de la Amazonía (IPAM), Human Rights Watch (HRW) y el Instituto de Estudios para Políticas de Salud (IEPS) presentaron un estudio que en el que cuantificaron, con base en datos oficiales, el tamaño de la catástrofe desde el punto de vista de la salud pública.

 

El informe indica que en 2019 hubo 2.195 hospitalizaciones por enfermedades respiratorias asociadas a los incendios de ese año en la región amazónica brasileña, que fueron además los peores de los últimos años y generaron una enorme alarma internacional.

 

Los más afectados: ancianos, niños y personas con dolencias respiratorios o cardiológicas preexistentes. Prácticamente la mitad de las hospitalizaciones (1.080) correspondieron a personas de más de 60 años, mientras que cerca de 467 fueron bebés de menos de un año de edad.

 

El periodo medio de las hospitalizaciones atribuibles a los incendios fue de tres días. "Estas son sólo una fracción muy pequeña del daño muchísimo mayor que se puede ver en la región" como consecuencia de los fuegos, dijo a Efe la investigadora de HRW, Luciana Téllez Chávez, una de las autoras del reporte.

 

Desde HRW defienden que con una reducción drástica en los niveles de deforestación, los incendios disminuirán porque no habrá tanto terreno para quemar y por tanto, se reducirá el impacto en la salud pública de sus habitantes.

 

Pero desde la llegada al poder del ultraderechista Jair Bolsonaro ha ocurrido lo contrario, denuncia la ONG. Los incendios aumentaron un 30 % en la Amazonía brasileña en 2019 hasta llegar a los 89.178 focos, achacados principalmente a la deforestación ilegal, que el año pasado ya se disparó un 85 %.

 

El humo que emerge de las llamas contiene, según el reporte, "altos niveles de partículas finas" que contaminan el aire y están vinculados con "enfermedades respiratorias y cardiovasculares, así como con muerte prematura".

 

En este contexto, el estudio muestra que en agosto de 2019, cuando hubo cerca de 31.000 incendios, casi tres millones de personas de 90 municipios de la región amazónica brasileña "estuvieron expuestas a niveles nocivos de contaminación del aire que superan los límites máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)".

 

En septiembre de ese mismo año, la cifra de personas afectadas subió hasta los 4,5 millones en 168 municipios.

 

"Cada año hay una crisis de salud pública que es totalmente evitable, si las autoridades brasileñas aplican la ley ambiental como les corresponde", señala Téllez Chávez.

 

 

 

<h5>¿Este año es peor?</h5>

 

Según datos oficiales, los focos de incendio en la Amazonía brasileña aumentaron un 19,6 % en junio y otro 28 % en julio frente a los mismos meses de 2019, periodo que se enmarca dentro de la época seca, que se prolonga hasta septiembre-octubre y en la que suelen multiplicarse las llamas.

 

"Y con más fuego, más humo en el aire y más hospitalizaciones", resume a Efe Ane Alencar, directora del IPAM.

 

En este sentido, Alencar advierte que el escenario es "peor" este año porque en el suelo amazónico ahora hay "mucho más material para quemar" debido al alza en la deforestación, que repuntó un 33,3 % en los últimos doce meses hasta julio.

 

El Gobierno brasileño ha tomado una serie de medidas para reducir la presión internacional, como la reactivación del Consejo Nacional de la Amazonía, que lidera el vicepresidente, el general en la reserva Hamilton Mourao.

 

Además, ha movilizado al Ejército para combatir los delitos medioambientales, aunque para la sociedad civil estos esfuerzos no son suficientes.

 

Para Téllez Chávez, la actuación de las Fuerzas Armadas en la Amazonía ha presentado hasta ahora unos resultados "mediocres" que no han supuesto "ningún progreso" en relación a los niveles de deforestación, además de ser una solución de corto plazo y "extremadamente cara".

 

La contaminación atmosférica como consecuencia de los incendios tiene este año un factor de riesgo añadido: la pandemia del nuevo coronavirus, que ya ha sesgado en Brasil la vida de 116.580 personas y contagiado a cerca de 3,7 millones.

 

Los profesionales sanitarios consultados en el informe están preocupados con que "el humo agudice los síntomas del virus y esto provoque un aumento de los casos graves y las muertes" por COVID-19, sobre todo entre las poblaciones indígenas, y que ello presione aún más al precario sistema hospitalario de la región.

 

En Novo Progresso, en el estado de Pará (norte), los Kayapó están viviendo su particular calvario este año, según explica a Efe Mydjere Kayapó Mekrangnotire, vicepresidente del Instituto KABU, una asociación comunitaria creada y dirigida por miembros de esta etnia.

 

Este líder indígena explica que a partir de este mes empezaron a proliferar los incendios alrededor de sus tierras, que fueron 'invadidas' por el humo de los fuegos, lo que, en su opinión, ha ocasionado problemas respiratorios entre sus más longevos miembros.

 

"Los más ancianos son los que tienen más problemas respiratorios por causa de la humareda y la COVID-19", lamenta.

 

Los Kayapó han realizado en la última semana bloqueos en la BR-163, una importante carretera de que atraviesa el país de norte a sur, para exigir al Gobierno mayor atención médica y acciones para acabar con la deforestación, los incendios y la presencia de mineros ilegales, aunque sus demandas aún no han encontrado respuesta.

 

Hace pocos días, Bolsonaro, partidario de explotar los recursos naturales de la Amazonía, tildó de "mentira" que la Amazonía "ardiera en fuego".

 

Según los últimos datos oficiales, ya han muerto 358 indígenas por el nuevo coronavirus y se han registrado 21.841 infectados, aunque las cifras podrían ser mayores, pues el Gobierno no tiene en cuenta los decesos y contagios de indígenas en áreas urbanas.

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