Martín Liberman (40) y Marcela (43) cumplirán 15 años juntos (12 de matrimonio) en noviembre y decidieron celebrarlo con unas románticas vacaciones por España. El periodista deportivo de Fox Sports y conductor de Canal 26 y Radio Uno dejó a su hijo Blas (6) al cuidado de su hermana y se fue a la costa del mediterraneo para disfrutar de una suerte de segunda luna de miel. "Cuando tenes un hijo hay que encontrar tiempos. Salir de la rutina, el trabajo, la escuela, los horarios. Tener tiempo la intimidad de la pareja, para mantener viva la llama de la pasión y el romance, o al menos intentarlo. Así, mano a mano te das cuenta cómo están las cosas", confiesa el Colorado en una entrevista con <i>Ciudad.com</i>.
-O sea que en esta luna de miel pasaron mucho tiempo en las habitaciones de los hoteles...
-(Risas) El tiempo necesario. No creo en las relaciones que se sostienen sólo con eso. Disfrutamos mucho de la playa, un libro, una cena un paseo... o del sexo. También de una salida a un boliche, cosa que en Buenos Aires no hacemos. Fuimos a bailar a Pachá. Cenamos romántico y otras veces al paso. Visitamos playas top y playas populares. De todo. En Barcelona fuimos a La Pedrera de Gaudí y Al Camp Nou a comprarle cosas al nene.
-¿Qué ciudades visitaron?
-Mallorca, Ibiza, Barcelona y Madrid. No saben lo que es correr por Mallorca o por Barcelona, por las ramblas o los puertos. Un sueño. No hay mejor manera de conocer. Aproveché para visitar gente amiga también. Como Martín Posse, el ex jugador de Vélez y la Selección, o el Cholo Simeone. Jonás Gutiérrez me ofreció su casa, pero no quise molestar. Él jugó en Mallorca y me dio muchos tips para recorrer la ciudad, como Puerto Portals, un lugar re top. El galgo es un crack.
-¿Con quién quedó tu hijo?
-Por suerte mi mamá y mi hermana se ocuparon de él. Sin ellas, el viaje no era posible. Buscamos irnos un día de semana para que su rutina no se modifique tanto y que nos agarre un sólo fin de semana afuera. Él es un crack. Igual, lloró un poco y nos mató. Es lógico. Le dijimos íbamos a volver con muchos regalos y nos respondió "qué me importan los regalos, quiero estar con ustedes".
-¿Qué cambió entre este viaje y la luna de miel original?
-Pocas cosas, por suerte. Nos divertimos de forma fácil y simple. El sentimiento está intacto, pero el tema del nene sale siempre. Es nuestra luz. Nuestra responsabilidad. Nuestra nafta. En esta ocasión, me tomé mis tiempos para salir a correr preparando mis maratones. Y un poco de gimnasio. Es mi único pedido. Y ella se hizo tiempo para leer tranquila o hacerse un masaje. El matrimonio es día a día. Yo tengo tres programas por día y siento que si no te haces los tiempos, la llama se apaga. Soy un afortunado de la vida. No paro ni paré nunca de trabajar, pero hay que hacerle tiempo a la familia. Mucho de mi éxito, si se puede llamar así, es por mi esposa. Creo que estos viajes determinan la salud de la pareja y seguimos eligiéndonos. En noviembre cumpliremos 15 años juntos. Nosotros tenemos éxito en el amor y la familia, se termine ahora o dure para siempre.
-¿Consejos para llegar a 15 años de pareja?
-Paciencia, respeto, amor, hablar, charlar, no guardarse cosas. No soy quién para aconsejar, pero así lo hemos llevado hasta ahora. Obvio hemos tenido cimbronazos.
-¿Te pasó que piropeen o se quieran levantar a tu mujer en esos boliches o playas a las que fueron?
-¡Todo el tiempo! Mi mujer es hermosa. Siempre lidié con eso. Pero no me molesta si no se pasan de vivos. Yo de paso miraba alguna lola (risas). Acá todas hacen topless.
-¿Les propusieron hacer intercambio de parejas en esas playas tan vanguardistas?
-(Risas) No. Ni ahora ni nunca. Nos alcanza y nos sobra con lo que tenemos.
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