Sólo en julio el real retrocedió un poco más del 10% ante el dólar, acumulando una desvalorización de casi un 30% en el año.
Mientras, el Banco Central señaló que no aumentará sus intervenciones en el mercado pese a que la moneda se hundió a mínimos de 12 años, lo que cada vez presiona más a una ya alta inflación.
Por su parte, el índice Bovespa de la bolsa de San Pablo bajó 1,4% y cerró en los 50.138 puntos, presionado tanto por la adquisición por parte del banco Bradesco de las operaciones del HSBC en Brasil como por el impacto en Petrobras de la caída del precio del petróleo en los mercados internacionales.
La plaza totalizó negocios por un valor de 5.164 millones de reales (unos 1.495 millones de dólares) en 835.488 transacciones a lo largo de la jornada.
El mercado reaccionó con recelo a la compra anunciada este lunes por el Bradesco, lo que supuso que sus acciones preferenciales cayeran 3,12 % y fueran las más negociadas de la jornada, con el 8,84 % del total de intercambios, y que las ordinarias se depreciaran el 0,94 %.
<b>El peso ya se aprecia 40% contra real</b>
El dólar en Brasil tuvo una nueva suba y llegó a sus niveles máximos contra el real desde 2003. Con el incremento del 0,8%, la divisa tocó niveles de 3,45, mientras que el Banco Central de ese país -que conduce Alexandre Tombini- sólo se limitó a intervenir en los mercados futuros, pero sin venta de reservas al contado. <b>Semejante devaluación de la moneda brasileña tiene un impacto cada vez mayor en el mercado argentino, dado que el tipo de cambio oficial no sigue ni por asomo el mismo ritmo de devaluación que el real.</b>
Varios informes destacaron en los últimos días la apreciación que tuvo el peso contra la moneda brasileña, al punto de equipararse prácticamente con la sufrida por la moneda tras la devaluación del real en 1999. Aquella depreciación desencadenó una crisis cambiaria en la Argentina que al tiempo terminaría con la salida de la convertibilidad a principios de 2002.
Según el último trabajo publicado por el Banco Ciudad, el real acumula una depreciación nominal del 44% desde inicios de 2014. "Esta situación -agrega- ha llevado a que el peso argentino se haya apreciado contra la moneda del país vecino un 39% en términos reales en el último año y medio, exhibiendo un ajuste similar al registrado tras la devaluación brasileña de 1999 (42%)".
Una cuenta similar realiza el economista Nicolás Dujovne, aunque con otro horizonte temporal: "En los últimos doce meses, la apreciación del peso contra el real es del 35%. En la crisis anterior había llegado al 45%, así que la verdad es que estamos en una situación bastante parecida".
El Gobierno, sin embargo, viene defendiendo la actual paridad cambiaria, indicando que no hay tal atraso. Aunque al mismo tiempo el propio ministro de Economía, Axel Kicillof, reconoce que la fortaleza del dólar a nivel internacional ha generado un impacto en los precios de los productos agropecuarios que exporta la Argentina.
El tipo de cambio real multilateral, que es calculado por la consultora Elypsis, ya venía mostrando una apreciación cercana al 25% contra una canasta de monedas en los últimos doce meses. Pero todo indica que con un tipo de cambio casi totalmente planchado y la devaluación de más del 10% que sufrió el real el último mes, en julio ese tipo de cambio se habrá apreciado significativamente.
<b>De esta forma, el desafío cambiario que enfrenta la economía argentina llega por dos frentes: en el plano interno por una inflación que mes a mes supera la depreciación del tipo de cambio oficial. Y en lo que respecta a la situación externa, el "superdólar" provocó un fuerte impacto sobre las monedas emergentes y también sobre el precio de las materias primas.</b>
Este escenario requeriría un dólar más alto para compensar esa pérdida de ingresos. Sin embargo, el Gobierno prefiere "planchar" todo lo posible el tipo de cambio oficial, lo que utiliza como ancla contra la suba de precios y también para evitar que se disparen demasiado los "otros" tipos de cambio. Al menos hasta las elecciones de octubre este escenario se mantendría inamovible.
Por lo pronto, el panorama no parece que vaya a revertirse en el corto plazo. El real viene sufriendo hace tiempo en Brasil por una multiplicidad de factores: debilidad económica, el escándalo político por la corrupción en Petrobras y más recientemente la posibilidad de que calificadoras como Standard and Poor's rebaje la nota de la deuda de ese país, con lo que perdería la categoría de "investment grade".
Según análisis de distintos economistas y funcionarios, <b>el tipo de cambio podría llegar hasta los 3,70 reales en el corto plazo</b>, aunque corredores de cambio le dijeron a Folha do Sao Paulo que esperaban verlo en 4 reales, lo cual agravaría aún más el panorama de apreciación para la Argentina.