Louisville empezó a despedir a Muhammad Ali. Toda la ciudad está pendiente de los funerales del ídolo y ex campeón mundial de los pesos pesado. Cerca de 16.000 pesonas se sumaron a los familiares de Alí en la Jenazah, la oración islámica en la que participaron individuos de todas las razas y religiones en el Freedom Hall, donde Alí peleó por última vez en su ciudad natal.
Entre los presentes estuvo un activista por los derechos humanos, el reverendo Jesse Jackson, que fue amigo personal, y también el polémico promotor de boxeo Don King. La ceremonia duró media hora y se leyeron algunos pasajes del Corán. Toda la gente se mantuvo respetuosamente de pie.
Durante la oración, hubo seguidores que levantaron sus teléfonos celulares para filmar la escena, lo cual molestó a los familiares.
Este viernes se realizará un funeral que se anticipa multitudinario en el KFC Yum Center, también de Louisville. Para esa ceremonia final, que contará con un discurso de Bill Clinton (ex presidente de Estados Unidos), se habían entregado entradas en forma gratuita, en una manera de evitar desbordes de gente. Sin embargo, hubo aprovechadores que venden los tickets, lo que generó la bronca de los familiares. Esto, porque Ali había dejado instrucciones que para su funeral la gente ingresara sin pagar.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el rey de Jordania, Abdalá II bin Al Hussein, también estarán en la ceremonia interreligiosa presidida por un imán y en la que también participarán un ministro protestante, un rabino y un pastor mormón.
El recorrido del coche fúnebre de Ali contempla pasar por su barrio natal en Louisville.