Si no se sufre no vale es la frase que describe mejor lo que sucedió en la final de la Clase 3 del Turismo Nacional en Viedma. Leonel Pernía consiguió ese campeonato que tan esquivo se le había hecho a lo largo de los años tras varios subcampeonatos muy dolorosos para el Tanito. Y para no ser menos, sufrió la rotura del motor a falta de 6 giros para terminar la final y tuvo que ver las últimas vueltas desde su box con su gente lo que derivó en un festejo inolvidable.
En el comienzo, Mariano Werner y Ezequiel Bosio se cortaron adelante con respecto a Emanuel Moriatis que aparecía en el tercer lugar. Por su parte, Pernía se ubicaba de manera cómoda en el quinto puesto esperando qué Chapur no avance (en ese momento décimo). Luego de la rotura del motor de Tomás Urretavizcaya, ingresó el Auto de Seguridad por la suciedad de la pista.
En el relanzamiento, las posiciones no se modificaron salvo la ubicación de Facundo Chapur qué se ubicó séptimo avanzando cuatro lugares dejando atrás a Carducci y también aprovechando el incidente entre Juan Pipkin y Fabián Yannantuoni sumado al sobrepaso a Pezzini.
Luego, llegó el momento más importante de la final. Leonel Pernía había quedado sexto luego de ser superado por José Manuel Urcera. Y eso no fue todo, un giro después, el Honda All New Civic del Chetta Racing sufrió la rotura de su motor a falta de menos de diez vueltas para finalizar la competencia en la qué estaba muy cómodo esperando el final para lograr la corona. Ante esto, el Tanito debía esperar qué Chapur no gane la competencia a falta de cinco vueltas y en el sexto lugar.
Finalmente, al cordobés no le alcanzó y el Tanito se alzó como campeón de la Clase 3 del Turismo Nacional por primera vez en su carrera a puro sufrimiento desde su box. Luego de seis subcampeonatos argentinos, Pernía se corona por primera vez a nivel nacional.