La selección de Micronesia había perdido ya sus dos primeros partidos de grupo por 38-0, ante Fiji, y por 30-0, contra Tahití, por lo que recibió 114 tantos en tres encuentros.
El técnico australiano de Micronesia, Stan Foster, admitió que fue un partido de "niños contra hombres" y pidió a la FIFA que reconozca al equipo oficialmente y le dé un ránking, lo que según él abriría la puerta a una asistencia técnica.
"Espero que FIFA venga (a Micronesia) la próxima semana para una inspección y podamos afiliarnos a Asia", dijo Foster.
"Si lo hacen, nos permitirá atraer asistencia técnica y todo lo que vendrá con ello. Será un gran empujón", señaló.
El resultado del descanso era 24-0 y Vanuatu, 200 en el ránking de la FIFA, no bajó el ritmo en el segundo pese a las condiciones de humedad en que se disputa el torneo en Papúa Nueva Guinea.
El delantero de Vanuatu, Jean Kaltack, marcó 16 goles, colocándose como máximo goleador del torneo.
Los organizadores afirmaron que fue la victoria más abultada en la historia del fútbol internacional, superando ampliamente el triunfo de Australia por 31-0 sobre Samoa en 2001.
Pero Micronesia no es miembro de la FIFA y se trata de un torneo Sub-23 por lo que probablemente no entrará en los libros de los récords.
Samoa logró superar aquel batacazo y las bromas de ser el peor equipo de la historia y ganó su primer partido contra Tonga en 2011.
La buena noticia para Micronesia es que los organizadores de los Juegos del Pacífico afirmaron que les invitarán para la próxima edición del evento dentro de cuatro años.