"Hice lo que el club me pidió", sentenció Gabi Fernández ante el juez Alejandro Luzón y encendió el escándalo en el fútbol español por haber reconocido el arreglo del triunfo del Zaragoza por 2-1 sobre Levante en condición de visitante el 21 de mayo de 2011 para salvar la categoría y esquivar el descenso. El jugador implicado, actualmente pilar del Atlético Madrid de Diego Simeone, había sido el héroe de aquella tarde al anotar los dos goles que permitieron la permanencia de los "Maños".
Según publica Diario El Mundo, el volante señaló como el responsable de la maniobra a Agapito Iglesias, el por entonces Presidente de la institución. En su testimonio a la Fiscalía General Anticorrupción, manifestó que 85.000 euros fueron depositados en su cuenta bancaria, aunque se encargó de aclarar que "los devolví ese mismo día y no tengo constancia que ese dinero haya llegado al plantel del Levante".
Lo cierto es que la Justicia y los organismos de investigación tendrían sobradas pruebas de que más de un millón de euros fue repartido entre varios integrantes del plantel de Zaragoza, y ese mismo dinero fue retirado de las respectivas cuentas a 24 horas del inicio del encuentro de la polémica, con probable destino a los bolsillos de los futbolistas del elenco valenciano. De hecho, la Policía tiene a Leonardo Ponzio y Leonardo Franco, referentes "maños" en ese momento, como principales sospechosos. Ese día también estuvo presente Nicolás Bertolo, el hombre de Banfield.
Ambos jugadores argentinos fueron citados para prestar declaratoria en la causa, aunque sus abogados defensores pidieron hacerlo por escrito para evitar el viaje a España en medio de la competencia oficial en Argentina.
Lo cierto es que el fiscal continuará escuchando a los protagonistas, avanzando con las conclusiones y decidido a presentar una querella masiva contra los protagonistas involucrados. El fútbol ibérico, absolutamente manchado por un papelón sin retorno.
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