El capitán de Boca en la victoria ante Atlético Paranaense, por el duelo de Ida de los Octavos de Final de la Copa Libertadores, fue el entrerriano Paolo Goltz, algo que pocos podían imaginar, ya que el defensor oriundo de Hasenkamp llevaba sin actividad oficial desde el pasado 2 de diciembre de 2018, en el choque ante Independiente, por la Fecha 14 de la Superliga Argentina, es decir, 235 días.
El central hesenkampense pocas veces había podido llevar la cinta en el Xeneize, incluso durante su época como habitual titular en el equipo que dirigía Guillermo Barros Schelotto.
La primera vez fue frente a Barcelona en el Trofeo Joan Gamper 2018, y lo hizo también ante América de México en la gira por Estados Unidos, cuando Carlos Tevez se fue del campo de juego y se la cedió.
El hecho de volver a ejercer la capitanía dejó en claro que para el grupo, el Guerrero Goltz es un futbolista respetado y escuchado, a pesar de reflejar ese constante perfil bajo, y que su larga ausencia en las canchas no le quitó trascendencia dentro del plantel.
La titularidad de Paolo se dio a causa de que Carlos Izquierdoz, primer central para Gustavo Alfaro, está suspendido, y Lisandro López, segunda referencia en la defensa está lesionado, motivo por el que ingresó el futbolista surgido de Atlético Hasenkamp con la responsabilidad de liderar la última línea junto al paraguayo Junior Alonso.
En cuanto a su rendimiento, el entrerriano aprovechó su oportunidad con una actuación sólida. No se lo notó falto de ritmo a pesar de que fue el primer cotejo oficial desde el arranque en lo que va del año y fue el mas firme en el fondo. En varias oportunidades debió salir a cortar avances de laterales muy veloces, apeló en más de una ocasión al recurso de ir al piso y lo hizo con mucho oficio ya que en ningún momento quedó desairado. Además supo hacer equilibrio: fue amonestado a los 24 minutos del primer tiempo por una infracción sobre Marco Ruben.
También gritó para ordenar a sus compañeros cuando consideró que era necesario hacerlo. Impuso el rigor en su justa medida en los lapsos en que el partido lo demandaba y no regaló ni un centímetro. Así Goltz demostró su vigencia y ganó su partido.