El domingo será un día muy especial para Ángel Di María, quien tendrá su despedida definitiva de la Selección argentina, tal como lo había anunciado a mitad de año. A los 34 años, Fideo bailará su último tango vestido de celeste y blanco, en Qatar.
Lo que no sabe este rosarino que sigue construyendo una carrera envidiable con experiencias en los mejores clubes del mundo y al lado de los mejores jugadores es si será titular en el Estadio Lusail ante Francia en la final de Qatar 2022 o si arrancará desde el banco, como lo viene haciendo en los encuentros de eliminación directa.
<b>Los números y el recorrido de Di María en el seleccionado</b>
Si suma minutos, sería su presentación número 129 (además de los que jugó en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008) con el manto sagrado. Acumula hasta acá 27 goles, varios que han quedado ya en la historia. Su golazo en el Maracaná para ganarle 1-0 a Brasil la Copa América 2021. O el que hizo en la Finalissima contra Italia en Wembley.
De pibe ya había demostrado que estaba hecho para grandes logros cuando marcó de emboquillada en esos JJOO para colgarse la medalla dorada junto a Messi en el equipo dirigido por el Checho Batista.
Pero en los Mundiales tiene una espinita clavada. Más que nada en instancias finales. Nunca se olvidará su boca abierta llena de grito de gol y sus manos en forma de corazón para festejar el 1-0 contra Suiza en los octavos de final de Brasil 2014 luego de un pase de Leo. Sin embargo, una lesión lo privó de seguir disponible.
Cuatro años más tarde, en Rusia 2018 le clavó ese sablazo a Francia para alimentar la ilusión de un duelo que finalmente terminaría con el traumático andar del conjunto de Sampaoli en ese Mundial.
Ahora, Fideo quiere revancha. Quiere ponerle un moño a su recorrido albiceleste. Y trabaja para eso. Una sobrecarga muscular en un cuádriceps le puso un freno abrupto en Qatar. Fue de los jugadores más regulares en la fase de grupos. Le dio el pase al medio a Messi para que el 10 inventará el golazo que destrabó el choque vital con México y enderezara el andar de la Scaloneta en suelo árabe.
Pero en los últimos tres mano a mano apenas pudo disputar los 10 minutos finales del tiempo suplementario con Países Bajos, en cuartos. Estaba para al menos media hora, aunque Lionel Scaloni consideró que lo necesitaba para ese lapso más corto.
En octavos directamente no estuvo disponible. Y en la semifinal, Fideo volvió a estar sentado en el banco a pesar de que en la previa había sido una de las dudas del DT en la formación. Scaloni terminó volcándose por poner a Leandro Paredes para armar dos líneas de cuatro. Y Di María no entró en los 90 meramente por una decisión táctica.
¿Qué pasará en la final? ¿Será el tiempo de volver al equipo, tal como pasó en aquella noche histórica de Río de Janeiro? Ángel espera que sí.