Con el presente de ensueño que atraviesa Boca en la Superliga, nadie extraña a Ricardo Centurión o por lo menos nadie habla de él, pero apenas pasaron tres meses de su controvertida salida y desde Italia, el habilidoso futbolista que se fue campeón hizo una autocrítica pública por primera vez.
"No logro superar las oportunidades que dejé pasar. Fui un pendejo por hacer un montón de cosas que no debía hacer pero también me jodieron. Yo sí me porte mal y lo admito, hice mis cagadas. Me sentía perseguido hasta por mi propia sombra y eso ya es feo", se sinceró Centu.
"No soy un pibe de quedarme quieto y si un día libre me tomo una cerveza o si estoy en un shopping y viene una piba a pedirme una foto y me inventan esto o me dicen lo otro, todo eso repercute y después terminan diciendo que le hago mal a Boca", explicó Ricky al admitir que ya se le hacía difícil vivir en Argentina con todo lo que implica jugar en uno de los clubes más populares del país. "Acá tengo paz, estoy tranquilo, es otra vida", explicó sobre su actualidad en Genoa, donde se produjo un cambio de entrenador que le permite renovar sus ilusiones: "Veo y siento que puedo triunfar en Europa".
Por último se refirió a su relación con Guillermo Barros Schelotto y Daniel Angelici: "Con los dos me debo una charla personalmente. Fueron tantos los detalles que se fueron sumando que ya no tenían fuerzas para defenderme contra las criticas que se hacían. Ellos sabían que yo en el club me portaba bien pero Boca es demasiado grande como para aguantar que todos los días sea tapa de los diarios". Por lo que hizo dentro de la cancha, Centurión dejó la puerta abierta para algún día regresar y así lo desea él.