"Tenemos que mirar más adentro y pensar que estamos fallando en cosas que hacen que se vean en los resultados", reflexionó primeramente Tevez, ante los micrófonos, y con muecas de un fastidio similar al que exhibió dentro del terreno de juego. No le están saliendo las cosas ni él ni a Boca y la goleada propinada por el Ciclón en la Supercopa Argentina parece haber marcado un antes y un después.
A la hora de hacer autocrítica, el Apache fue contundente, tanto a nivel grupal como individual. "Nos falta bajar los decibeles y correr más, lo que ganamos fue lindo pero este club es tan grande que siempre hay que rendir exámenes", explicó antes de ser más concreto con el reclamo para el grupo: "Se ve la relajación; San Lorenzo nos ganó sólo corriendo y Temperley igualó nuestra técnica metiendo... Hay que bajar y romperse un poco más el culo".
No se midió con las palabras y demostró que la situación llegó a un límite. Más tarde, aceptó que las críticas por el juego del elenco de Arruabarrena son acertadas y se centró en su labor: "Si yo hacía el mano a mano del primer tiempo, cambiaba el partido". Y prosiguió: "La culpa es de todos, del cuerpo técnico y los jugadores. Hay un promedio de 6 ó 7 que están por debajo de su nivel".
Y recordó que cuando todos se deshacían en elogios para con el equipo, él subrayó que no eran lo que describían todos en general: "No somos un dream team, lo dije el primer partido. Están los nombres pero no somos el Boca que piensan y hoy se ve eso. Ahora hay que formar un grupo a través de los partidos". En tanto, apuntó que los hinchas los bancan por haber conseguido dos títulos hace poco más de dos meses.