Más de siete meses después de aquella jugada desafortunada en la que sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, Marcos Rojo ajusta los últimos detalles para volver a vestir la camiseta de Boca oficialmente.
Está todo dado. El capitán del equipo se entrena junto al grupo desde principios de mayo, ayer formó parte de un reducido y en la mira ya tiene su fecha de regreso.
Si bien con la recuperación de este tipo de lesiones nunca hay certezas por los imponderables que pueden surgir en el camino, dado que el central de 33 años se encuentra cada vez mejor tanto desde lo físico como desde lo futbolístico, la idea del cuerpo técnico y del propio jugador es intentar decir presente en el partido contra Deportivo Pereira del 24 de mayo.
Ese encuentro, por la cuarta fecha del Grupo F de la Copa Libertadores, es el que Rojo tiene entre ceja y ceja como motivación en estas dos semanas para sellar su regreso al campo de juego después de una larga rehabilitación.
Jorge Almirón, afectado por las múltiples bajas por lesión y suspensión, lo seguirá de cerca entrenamiento a entrenamiento para ver cómo evoluciona y así, en las cercanías de ese cotejo, definir si hace jugar o no al capitán que por estos días tanto extraña Boca.
"De a poco se va a ir recuperando la condición física y el timing futbolístico. Etapa final sin apuros", escribió hace poco Jorge Batista, médico de Boca, junto a un video de Rojo ya trabajando a full con pelota. El Xeneize lo espera y ya se ilusiona con su vuelta.
