Imparable, estelar, decisivo... la lista de adjetivos podría ser tan larga como sus eternos brazos: Kawhi Leonard destrozó este viernes a los Golden State Warriors y los Raptors ganaron 105-92 el cuarto encuentro de la final para acariciar el primer título de la NBA de su historia.

En un encuentro disputado en el Oracle Arena de Oakland, Leonard completó su actuación con 36 puntos, 12 rebotes y dos asistencias, y puso a los vigentes campeones al borde del abismo.

"Nosotros intentamos salir y dar nuestro mayor esfuerzo, jugar duro. Yo no juego para los aficionados ni para nadie, solo juego para ganar", declaró una vez finalizado el juego el ex hombre de los San Antonio Spurs, que superó la treintena de tantos por decimocuarta vez en Playoffs, uniéndose así a una selecta lista compuesta únicamente por Michael Jordan (16 en 1991), Hakeem Olajuwon (16 en 1995) y Kobe Bryant (15 en 2009).

Además de su brillante nivel, la franquicia canadiense contó con el valioso aporte del ala pivot Serge Ibaka, quien dominó la zona pintada tanto en defensa como en ataque y anotó 20 puntos. Junto a ellos se destacaron el siempre regular Pascal Siakam (19 tantos) y el base Kyle Lowry (10 puntos y siete asistencias).

Por el lado de los Warriors, con Durant aún de baja, la buena noticia pasó por la recuperación de Klay Thompson, pieza clave del equipo de Steve Kerr que se perdió el tercer juego por lesión. Esta vez, el escolta pudo salir a la cancha y finalizó con 28 puntos.

Stephen Curry, en cambio, no pudo repetir la histórica actuación del miércoles pasado, jornada que culminó con 47 tantos, y terminó el juego con 27 puntos y 6 asistencias.

Los Warriors, que buscan su tercer anillo consecutivo y el cuarto en cinco años, tendrán ahora que luchar también con la historia, ya que solo se ha remontado una vez un 1-3 en 34 finales... y los dueños de la hazaña fueron precisamente los Cleveland Cavaliers de LeBron James en 2016 contra los propios californianos.

Los canadienses, en cambio, vuelven a casa con la tranquilidad de saber que pueden cerrar la serie el próximo lunes en Toronto, con todo un país apoyando lo que sería un hito en la historia del deporte canadiense.