Aquella noche del 17 de abril de 1974, Tomás Felipe Carlovich, el Trinche, escribiría una de sus tantas páginas gloriosas y destacadas dentro del marco de la historia de un futbolista único, un jugador que por momentos toma rango de leyenda y que solo los privilegiados testigos de sus epopeyas certifican como realidad.
Lo cierto es que aquél amistoso enfrentaba a un combinado rosarino compuesto por cinco jugadores de Central (Biassutto, Gonzalez, Mario Killer, Aimar y Kempes), cinco de Newell´s (Pavoni, Capurro, Zanabria, Robles y Obberti) y solo uno de Central Córdoba, Carlovich. Los responsables tácticos del equipo fueron Carlos Timoteo Griuguol y Juan Carlos Montes, entrenadores del Canalla y La Lepra respectivamente.
La Selección Argentina sumaba minutos, probaba jugadores y ajustaba movimientos bajo la tutela de Vladislao Cap, su entrenador, de cara al Mundial de Alemania 1974. Santoro, Wolff, Tarantini, Brindisi, Houseman, Potente y Daniel Bertoni fueron algunos de los cracks que jugaron para el conjunto albiceleste aquella noche.
El Coloso de Parque Independencia fue el estadio seleccionado para el evento y 35.000 fanáticos colmaron el estadio en absoluto apoyo al combinado local.
El partido no pudo haber comenzado mejor para los locales. Carlovich frotó la lámpara y convirtió un verdadero golazo tras realizarle un doble caño a Pancho Sá, en ese momento marcador central de Independiente. Con un aluvión de fútbol comandado por el Trinche y Mario Alberto Kempes, no tardó mucho en llegar el segundo gol local tras un certero remate del Mono Obberti. A pocos minutos de finalizar el primer tiempo, fue el propio Kempes quién marcó el tercero y selló el resultado parcial
Cuenta la leyenda que en aquél vestuario y luego del baile que se vio en el primer tiempo, un Cap enfurecido pidió con gritos ampulosos al equipo rosarino que saque el pie del acelerador y exigió a Griguol y Montes que retiren al 5 (Carlovich) del equipo.
Finalmente, el distinguido volante central no salió a disputar el segundo tiempo del partido y el seleccionado nacional decoró la derrota con un módico descuento.
Fue la noche donde El Trinche Carlovich y una extraordinaria camada de jugadores rosarinos bailaron a la Selección Argentina. Fue el partid que en la ciudad del monumento a la bandera nadie olvidará jamás.
<b>¿Quién fué el Trinche Carlovich?</b>
Tomás Felipe Carlovich nació en Rosario, Argentina, el 20 de abril de 1949. No sabe en qué momento lo apodaron el Trinche y tampoco por qué nunca jugó en Primera Divisón.
No existe un video que certifique la magia del Trinche; su talento se dio a conocer a través del boca en boca. Los escépticos dudarán y pondrán en entredicho la capacidad de Carlovich, pero cuando iconos del futbol argentino como Bielsa, Menotti y Valdano lo certifican, la situación da un vuelco gigante. Incluso el entrerriano José Néstro Pekerman afirmó: "Me emocionó verlo, tengo un recuerdo imborrable de él. Tenía elegancia y habilidad".
Afirman que fue el inventor del "caño doble", quienes lo vieron jugar, dicen que te hacía un túnel y te esperaba para volverte a pasar el balón por debajo de las piernas.
Menotti lo describe como el típico jugador rosarino que juega en el potrero. Los partidos de Central Córdoba, donde pasó la mayoría de sus años, se anunciaban como función de circo, solo que no era el hombre bala ni los equilibristas, era El Trinche.
Los únicos dos encuentros que jugó en Primera, los disputó con Rosario Central. Miguel Ignomiriello lo echó porque no servía para su forma de juego. Seguramente ahí comenzó el rechazo mutuo entre el futbol profesional y El Trinche.
Después, cuando César Luis Menotti asumió la dirección técnica de Argentina lo convocó para una preselección. El Trinche no asistió, nadie sabe el motivo. El propio Menotti argumenta que Tomás se había ido a pescar y no había podido regresar a su convocatoria. El Trinche lo negó diciendo que a él no le gustaba pescar.
El tema de la pesca persiguió a Carlovich durante su carrera futbolística. Cuando Independiente Rivadavia lo compró, el presidente del club le regaló equipo de pesca y El Trinche respondió: "En mi vida he pescado y no me gusta pescar".
A Carlovich no le gustaba entrenar, no tenía la disposición que cualquier jugador promedio muestra para convertirse en un astro del futbol. Decidió convertirse en algo más grande, un mito.
El Trinche tiene murales en Rosario, quien lo encuentra por la calle le toma fotos. Como la que utilizamos para este artículo, Alejandro Nannini lo halló en unas canchas de futbol amateur, en un barrio de Rosario. Su aspecto es muy común, incluso podría pasar como un indigente, pero no, es el mejor jugador de futbol que ha dado Argentina.
Sólo hay un video de Carlovich jugando y pertenece a la película Se acabó el Curro (1983), El Trinche viste playera azul con el 10 en la espalda y al inicio realiza una gambeta.
Se puede poner en duda el talento de Tomás Felipe Carlovich, de lo que no podemos vacilar es de los testimonios de las leyendas argentinas sobre el mito más grande del futbol argentino.