Si no fuera por la estupenda campaña del campeón, Golden State, único invicto en 15 partidos, San Antonio estaría -como siempre- en boca de todos. Su campaña en los primeros 40 días de competencia también es notable: 11 triunfos y apenas 3 derrotas (todas de visitante), invicto de local, segundo en la Conferencia del Oeste, líder de la División Sudoeste, la defensa más sólida (al menos en la estadística) y el juego de conjunto en ataque que lo distinguió desde algo más de una década.

Y como dato estadístico interesante, la pareja Ginóbili-Duncan llegó a 600 triunfos, afirmados en el quinto lugar de la historia, apenas 18 victorias por detrás de las leyendas Bill Russell-San Jones, de Boston Celtics en la dorada década del 60.

Kawhi Leonard y Patty Mills fueron los destacados del primer tiempo, que fue marcado por las pelotas perdidas de Phoenix (especialmente Brandon Knight, el base) y la batalla casi en soledad que dio Markieff Morris.

En la mitad del tercer cuarto, se encendió por un ratito Tony Parker y San Antonio sacó 18 puntos de ventaja (61-43). Esa diferencia no logró estabilidad, la segunda unidad generalmente productiva de los Spurs se dejó arrollar y Phoenix clavó un parcial de 17-4 que emparejó el marcador.

Sin embargo, en el último cuarto se vio a Parker en altísimo nivel (12 de sus 20 tantos y 6 de sus 8 asistencias), asociado a Manu Ginóbili (triple para estirar a +14), y el equipo empezó a encontrar las grietas para anotar pero sin abandonar la intensidad defensiva.

En el tramo final volvió a lucir Mills, Leonard y Green para rematar el choque. Un triunfo más -pese al alerta de 20 pérdidas- mientras esperan el regreso de LaMarcus Aldridge, lesionado en el tobillo izquierdo, y que también es duda para el choque ante Dallas, este miércoles, en el AT&T Center, por ahora un impenetrable para cualquier rival.

Es verdad que la planilla estadística de Ginóbili no luce, algo que le puede pasar a cualquiera, pero el aporte del bahiense fue más allá de sus números. En ataque es un armador de juego, permanente colaboracionista para alimentar la circulación del balón y que le llegue al compañero con mejores posibilidades de anotación.

Y en defensa, dentro de sus posibilidades físicas, a los 38 años, no sufrió ante rivales más jóvenes pero menos expertos. Apenas se cumplió el 17% de la fase regular y Manu, históricamente, a cualquier edad, siempre subió su rendimiento entre enero y abril, cuando la temporada toma calor.