El recorrido siempre fue sinuoso y cuesta arriba. Patronato arrancó el Torneo con un solo defensor, con Franco Leys siendo marcador central, en el empate 1-1 ante Velez, donde mereció mucho más el Rojinegro, pero lo reducido del plantel, por lesiones y suspensiones, fue un impedimento, en un banco repleto de juveniles.
En La Plata la cosa fue esquiva, 2-0, con altibajos importantes. La primera alegría fue ante un rival directo, Aldosivi con un golón de Cobos que luego tuvo que jugar desde afuera, en un plantel que se armaba, con muchos no en el Mercado de Pases para Sava que se las terminó arreglando.
El primer KO que recibió, fue en Junín. 3-1 en contra ante Sarmiento, en un papel flojísimo. Ahí, ya muchos dieron por condenado a Patrón. De abatido, a grande. 3-1 ante Independiente con uno menos más de 80 minutos, con doblete de Axel Rodríguez y avivada del siempre clave Jonás Acevedo. El envión se aprovechó en el complemento ante la Lepra rosarina, empatando en el final con Quintana de 9.
Llegó la derrota más lamentable ante Arsenal, por la mínima, pateando 19 veces al arco, sin convertir. Pero hubo reacción, en Santiago del Estero, 3-1 al Ferroviario con un Medina expléndido y la racha goleadora del Sultán. Días después, el pibe Álvarez, en la primera que tocó en el complemento, le dio una alegría clave a Patronato sobre Tigre.
En Floresta, Barracas Central quiso quitarle la ilusión, se fortalecieron, ganaron en lo 90, pero Baliño y compañía no lo dejaron. Jugadores detenidos, sin comida, demorados, durmieron en el patrullero y en la comisaria. Unión, los fortalecieron. 3-0 a Boca, y luego se hizo Santo Altamirano.
El arquero le permitió empatar ante Banfield, fue importante para dar vuelta el resultado ante San Lorenzo con Justo y el Chelo ganándose corazones, relata Código Patrón. Más en el empate 3-3 ante Talleres, donde faltaron minutos para ganarlo.
El golpe llegó con bronca, empate sin goles ante Argentinos con un penal errado. Pero no se cayó Patrón, que le faltó suerte en La Plata, como ante Unión en casa, que se levantó de la mano de su referente Quintana ante Platense. Pero en Avellaneda le faltó 5 pal peso, como ante Central.
Las balas fueron quedando pocas, el dolor se agigantó en Florencio Varela en la derrota ante Defensa, pero hubo ilusión y grande bajando a quién llegó como puntero, pero en Santa Fe la rotación no tuvo sus frutos y hubo que pelear.
Con River dolió el penal, no sostuvo, la chance final fue en La Fortaleza, a puro corazón, se estiró la ilusión, que llegó a su fin, con 34 puntos. No alcanzó, en un camino de película, con un plantel que se ganó el orgullo entrerriano.