Pablo Pérez volvió al estadio Antonio Liberti de River con un apósito en el ojo izquierdo, luego de ser atendido en el Sanatorio Otamendi, tras las lesiones que sufrió durante las agresiones contra el micro de Boca en los alrededores del estadio Monumental, en la previa de la Superfinal.

En el nosocomio porteño también asistieron al juvenil boquense Gonzalo Lamardo, a quien le colocaron un vendaje en el ojo derecho.

En tanto, desde Conmebol comunicaron que "desde el punto de vista médico no existe una causal para la suspensión del encuentro", ya que Pérez y Lamardo "refirieron lesiones en la córnea", pero estas "no pudieron ser confirmadas" por los médicos de la entidad.

Sobre este punto, Darío Richarte, vicepresidente tercero de Boca, aseguró que los facultativos de Conmebol "no pudieron constatar las lesiones en el vestuario" y por eso tomaron la decisión de derivar a Pérez y Lamardo al Otamendi.

El vehículo que llevaba a Pérez recibió un botellazo cuando ingresaba al Monumental por uno de los accesos con el jugador lesionado.