Félix Orode nació en Lagos, Nigeria, hace 27 años (el próximo 28 de julio cumple 28), y nunca imaginó jugar en Argentina. Su sueño fue siempre ser futbolista pero su anhelo era pisar los mejores estadios de Europa.
Con tan solo 14 años debutó en la liga de su país y pudo representar a su selección formando parte del Sub 17. Pero su destino estaba escrito. Tras entrenar en España con el Lleida, fue visto por captadores de talentos argentinos y recaló en San Lorenzo de Almagro. En el Ciclón sólo pudo jugar un partido y a partir de ahí comenzó su carrera en el ascenso: Nueva Chicago, CAI, Excursionistas, Luján, Comunicaciones, Sportivo Barracas y Defensores de Pronunciamiento, su actual club.
Se van a cumplir 10 años desde que Orode pisó suelo argentino y salvo por una estadía corta en Perú, donde jugó en Walter Ormeño, el africano llegó para no marcharse y conoce muy bien el fútbol local.
"Siempre que hay un mundial todos los países se cargan de esperanzas asique en ese aspecto los veo bien. En lo futbolístico está complicado para los dos, tanto Nigeria como Argentina presentan jugadores de alto nivel pero es fútbol y puede pasar cualquier cosa", sostuvo.
En su casa en Pronunciamiento viven cuatro personas. Félix, su mujer Yasmín y sus dos hijos Salvador y Simona. A excepción del futbolista, todos son argentinos. El martes 26 de junio se enfrentan Argentina y Nigeria por el tercer partido del grupo D y el hogar va a estar dividido.
"En mi casa lo vivimos bien, tranquilos, nos respetamos y nos ocupamos por enseñarles a nuestros hijos que esos son el país de ellos y el de su papá. Mi mujer siente aprecio por mi país y yo por el de ella asique lo vivimos en paz", concluyó.