Adabel Guerrero (38) hizo muchos cambios en su vida. Encontró un sabor especial a sus ocho años y medio de romance con Martín Lamela. Después de superar una separación con el empresario automovilístico, continúan con su lucha por concretar una maternidad. "Estoy mucho más tranquila, serena y segura. La vida te va llevando por caminos en los que vas cambiando. De hecho, es sano transitar distintas experiencias. Hace un tiempo me propuse disfrutar, ver siempre el vaso lleno. El año pasado, con Martín pusimos una escuela de danza y no fue tarea fácil. Te la pasás renegando con dos millones de cosas, como los gastos que tenemos que afrontar o la gente que contratás y te llevás sorpresas constantemente. Al principio me amargaba. Y ahora me relajo, tomo las cosas con más calma. Mi carácter cambió muchísimo a raíz de eso. Y otro cambio importante que hubo en mí, no me voy a hacer la tonta, se dio cuando estuvimos separados con mi novio. Me hizo crecer un montón porque me di cuenta de que si estoy con él es porque quiero y porque lo elijo, incluso lo reelegí, y eso me da otra seguridad. Está buena la sensación de saber que tenés un compañero de vida y que, también, nos podemos separar algún día y no es la muerte de nadie, y eso también te da ganas de estar", reflexionó la destacada bailarina.
"Más allá de que hay problemas cotidianos, de que a veces me levanto de mal humor, sobre todo por los cambios hormonales, estoy feliz y segura de que lo que tengo hoy en mi vida lo elijo, y eso me da otras ganas de vivir. Tuve etapas en las que estuve más cerrada. Prefiero, cuando no puedo resolver algo, cerrarme a evaluar. Y una vez que puedo lograr el cambio, vuelvo a salir porque si no escupís porquería por todos lados, y no está bueno".
"Con Martín nos conocimos porque yo necesitaba comprarme un auto. No tenía toda la plata ni ninguna garantía. Necesitaba alguien que me vendiera uno en cuotas y que confiara en que le iba a pagar. Charly G, que en ese momento era mi coach de Bailando por un sueño, me dijo que le había comprado un auto a él y que lo fuera a ver. Cuando fui a la agencia me pareció muy lindo chico, pero yo no tenía ganas de nada. Y como me tenía que ir a un ensayo, me llevó. Todo ese viaje estuvimos charlando y me pareció un divino total. Pasó más de un mes y desde el día que compré el auto estamos juntos. A las dos semanas estábamos conviviendo. La primera vez que se quedó a dormir en casa no lo saqué más. El es más romántico que yo. Por momentos, lo veo medio cursi. Pero tengo que reconocer que cuando no es romántico, lo extraño. Me gusta que me regale flores, algún chocolate o me mande un mensajito. Y yo soy cariñosa. Martín tiene cosas que me gustan y otras que no, pero la balanza tira a que siempre quiero estar con él. Es un gran compañero, me divierte mucho y es mi mejor amigo".
<b>Camino a la maternidad</b>
"Hace dos años decidimos buscar un bebé, cuando me sentí capacitada para hacerlo. Viví una experiencia muy fea de chica y no quiero que mi hijo pase por eso. Y al tomar la decisión me vino una ansiedad muy grande. Salía muchas veces a comprar ropa. Tengo cajas guardadas con ropa de bebé. Y cada vez que venía el período me agarraba un bajón terrible. Justo estaba estudiando psicología, había una materia que se llama Evolutiva, que es cómo cambia la mujer durante el embarazo, y lloraba toda la clase. Eso llevó a que tuviéramos roces y discusiones. Nos separamos y cuando volvimos a estar juntos, también me dio seguridad en ese aspecto, en el de formar una familia. Y hoy me ocupo del tema con responsabilidad. Fuimos a dos millones de médicos, me hice todo lo que teníamos que hacer. Es muy desgastante y lleva tiempo. Di con el doctor Pasqualini, en un centro de fertilidad, y estoy tomando unas pastillas para estimular los ovarios y me dieron inyecciones. Ahora estamos buscando de forma natural con unas fechas y cuentas que hay que hacer. Y al volver a Buenos Aires veremos cómo seguimos. Me dio tranquilidad saber que tengo una reserva ovárica. Tengo casi cuarenta años y eso me preocupaba. Tenemos la posibilidad de congelar los óvulos pero no es necesario, por ahora. A las deportistas nos cuesta más lograr un embarazo. Que yo sepa, en ningún momento quedé embarazada".