El real atravesó ayer los 3,50 por dólar e incluso se hundió hasta los 3,56, un precio mínimo que no tocaba desde marzo de 2003. Cabe aclarar que desde hacía 12 años que la divisa no superaba los 3,5 por dólar.

Si bien el cierre se concretó en las 3,53 unidades, la caída de 1,4% no sólo conformó la sexta baja consecutiva de la divisa, sino que marcó el mayor descenso intradiario en dos semanas.

El real viene devaluándose desde años, pero fue el último sondeo sobre la imagen de Rousseff el que promovió la baja de ayer. Según una encuesta de Datafolha, la aprobación de la presidenta cayó de un 10% de junio a un 8%, mientras que el índice de rechazo a su figura se disparó al 71%. De esta manera, la aprobación de la mandataria registró mínimos históricos. Por si fuera poco, un creciente número de brasileños quiere que sea impugnada por el escándalo de corrupción en la petrolera estatal y cada vez menos personas creen que llegará al final de su mandato

Este escenario hizo que el mercado temiera por las posibles repercusiones a la política y a la económica del país.

A su vez, el contexto externo también presionó a la moneda: la probabilidad de que el dólar se fortalezca en el corto plazo producto del primer incremento de tasas de interés en Estados Unidos en casi una década golpea al real.

De hecho, los analistas vuelven a apostar a septiembre para el cambio de política monetaria de la Reserva Federal, luego de que el índice del sector servicios alcanzara en julio un máximo en 10 años. No obstante, hoy será un día clave por la llegada de las nóminas no agrícolas, dato que podría dar más pistas sobre cuándo sería la suba de tasas.

Por otro lado, ayer trascendieron las minutas del Copom. La entidad indicó que se mantendrá vigilante en caso de que los pronósticos de la inflación se alejen significativamente de su objetivo. Es decir que no descartan volver a subir las tasas.

"El panorama político en Brasil ha complicado el económico. La debilidad política creciente de Dilma Rousseff tendrá más efectos en la economía real. Lo peor está por venir", aseguraron fuentes del mercado.

El real ya se devaluó ante el dólar en un 25% desde fines de 2014 y un 10% desde el 21 de julio, cuando la crisis de Brasil se recrudeció.

En tanto, el Bovespa operó sin un rumbo definido, debido a que el avance de Petrobras compensó la presión negativa por el ambiente político. En su mínimo de la sesión, el índice paulista cayó hasta 1,3% y perforó la barrera psicológica de los 50.000 puntos, sin embargo, al cierre recuperó parte de lo perdido y terminó en 0,55% abajo.

André Esteves, cabeza de BTG Pactual, mayor banco de inversión independiente de los mercados emergentes, dijo ayer que "el modelo de negocios está preparado para enfrentar el escenario adverso de Brasil, donde lo peor aún no ha pasado", dijo Esteves.