Las últimas dos décadas de la Selección Argentina estuvo marcada por los grandes logros en Juegos Olímpicos y Mundiales. Uno de los principales motivos estuvo en la continuidad y el respeto por los proyectos. Solamente hubo tres entrenadores en el presente siglo. Rubén Magnano, Julio Lamas y Sergio Hernández. El único que no tuvo segunda oportunidad fue, paradójicamente, el que llegó a lo más alto enlos Juegos Olímpicos de Atenas 2004, conquistando la medalla de oro.
"Nunca más me invitaron. Ni siquiera sonó el teléfono para preguntarme si quería volver. En 2015, cuando se cambió el entrenador full time por el part time, ni siquiera estuve entre los postulados. No tengo idea por qué me despreciaron", sentenció el campeón olímpico.
A pesar de quedarse con ese gusto amargo, Magnado destacó la labor de Oveja al frente de la Selección. "Hoy por hoy siento que está bien cuidada y dirigida por Sergio. Por eso ahora estoy en otro país", aseguró sobre la posibilidad de un regreso a la Albiceleste, aunque advirtió: "Aprendí el nunca digas nunca".