En el juicio por la masacre de pingüinos en Punta Tumbo, Chubut, esta mañana se presentaron los alegatos contra Ricardo La Regina, productor ganadero acusado de daño ambiental agravado y crueldad animal. Este proceso se convierte en el primer juicio oral y público en Argentina por delitos de esta naturaleza.
Según el Ministerio Público Fiscal (MPF) de Chubut, la jornada comenzó a las 8.30 “con la incorporación de prueba documental” y se preveían 40 minutos para los alegatos de la acusación y una hora para la defensa. No obstante, se decidió un cuarto intermedio inicial debido a la presentación de nuevas pruebas.
A las 9.40, se abordaron las convenciones probatorias. La fiscalía informó que en un primer allanamiento se incautaron elementos como “un vallado metálico de 4.66 metros de color blanco y naranja” y “un trozo de cordón sintético y metálico” de 3,42 metros. Estos materiales separaban la colonia de pingüinos de Magallanes, junto con un cordón que conectaba con un boyero eléctrico.
La fiscal Florencia Gómez también mencionó la compra de una retroexcavadora por parte de La Regina. Según las declaraciones del imputado, también adquirió un camión y una máquina, destinados a mejorar el campo, el cual, según él, no cuenta con infraestructura adecuada.
La Regina expresó: “Mi intención es, más allá de este caso, conseguir que se use la tierra de forma correcta y llegar a proteger a los pingüinos y que me permitan trabajar en mi actividad tranquilamente”. Durante la primera jornada, su defensa, liderada por Federico Ruffa, intentó suspender el juicio a prueba y ofreció donar 500 hectáreas al Estado, propuesta que fue rechazada por la fiscalía.
En la fase de alegatos, la fiscal confirmó la intención de pedir la condena de La Regina, argumentando que se comprobaron “la materialidad de los hechos como la autoría de los mismos”. Gómez denunció que “se hizo desaparecer, se inutilizó y se destruyó el hábitat del pingüino de Magallanes, se desmontó, 2049 metros cuadrados”, y que los espacios afectados son “irrecuperables”.
Por su parte, Ruffa defendió a La Regina argumentando que “no hay un pingüino muerto, no hay un pingüino lastimado, no hay un huevo roto”. Criticó que no se presentaron evidencias de daños y cuestionó la validez de la investigación, alegando que los expertos involucrados no buscaron vestigios de pingüinos afectados.
El abogado sugirió que la acusación se basa en “fake news y una posverdad”, aludiendo a la investigación liderada por el experto Pablo Garcia Borboroglu, a quien acusó de invadir propiedad privada. (Infobae)