José Bianco fue el hombre del momento al cubrir los últimos huracanes en el Caribe y EEUU, pero muchos años atrás, era apenas un niño más de Bahía Blanca que ayudaba a su padre en la empresa familiar, una distribuidora de lácteos y fiambres.
En diálogo con la revista Pronto, el meteorólogo de TN compartió algo más de su costado íntimo y recordó cómo fue su infancia en su amada ciudad de Bahía. Allí nació, se crió y aún vive su familia: su padre, Eduardo, su madre Adriana, y sus dos hermanos, Pablo, ingeniero forestal y María Emilia, maestra especial.
"Soy el más chico de tres hermanos y por ende siempre fui el más consentido y cuidado. De chico envolvía queso cuartirolo. Cuando llegaba el camión a la distribuidora, había que envolver el cuartirolo en sémola porque el queso llega humedecido, se va estacionando y larga suero. Entonces para cortar un poco el suero, se lo pasaba por sémola y se lo envolvía en papel manteca. Ahora ya vienen envasados al vacío y cambió bastante todo", contó.
También rememoró otro episodio de sus años tiernos: "Con Marcelo, mi mejor amigo de Bahía Blanca, agarrábamos limones del limonero de mi casa y caminábamos 20 cuadras hasta la casa de mi amigo, tocando timbre y vendiendo puerta por puerta. Teníamos 11 años, vendíamos los diez limones a un peso y si llegábamos a 20 pesos el día ya está, éramos multimillonarios. Era nuestra diversión".
Luego José contó que llegó a la meteorología casi por casualidad: "Cuando tuve que elegir qué carrera universitaria seguir, fui descartando las que no me gustaban hasta que me decidí. Me gustaban las matemáticas, la física y las tormentas, agarré la guía del estudiante y dije listo, es Ciencias de la Atmósfera".
Bianco aprobó la carrera pero aún le falta la tesis, una deuda pendiente que tiene con sus padres: "Sé que se las debo a mis papás y es una etapa que me gustaría cerrar".