Empezó en el ambiente artístico de la mano de Gerardo Sofovich, y trabajando en ese entorno conoció a René Bertrand, su novio y futuro marido. Feliz en lo personal, Belén Giménez (29) también lo está en lo profesional, ya que debutó en Mar del Plata con la obra Citas peligrosas junto con Carmen Barbieri. Bonita, simpática y enamorada, la rubia muestra su lado más sensual mientras repasa su vida y su carrera.
-Estando Carmen se puede prever algún escándalo.
-Creo que va a estar todo bien. Carmen está muy tranquila, al menos con nosotros no creo que se pelee porque estamos acompañando, ella es la estrella. Si le vienen ataques serán de otro lado porque nosotros la queremos.
-Hace años que hacés teatro pero nunca se te vio enredada en un escándalo.
-No. Sé que es más difícil llegar así, pero es lo que elegí. Vengo laburando en el medio hace rato pero nunca me enfrenté con nadie. Sé que es el camino más largo, pero es el que más me copa, porque está bueno tener el reconocimiento de la gente, pero el que sube rápido suele caer velozmente también. Quiero tener una carrera y, por ejemplo, ser viejita y hacer de abuela.
-¿Admirás la carrera de tu suegra, María Rosa Fugazot?
-Muchísimo. Ella me cuenta cómo le costó, en sus principios, que la reconocieran. Me dice siempre que siga el mismo camino de ella. Además de ser mi suegra, somos muy amigas. Es una referente, me gusta ser comediante y hacer drama. Aprendo de ella y tomo sus consejos. El año pasado estuve en un elenco bastante jodido, podría haber hecho un drama o pelearme con alguien, pero no lo hice porque no quería mancharme y lo arreglé puertas adentro.
-¿Cómo es trabajar con tu novio?
-Me gusta. En casa no tocamos el tema del laburo. Tratamos de que no se hable, y si hay algún inconveniente en el trabajo no sacamos el tema porque, además, es mi director. Hace siete años que venimos así.
-Ahora se viene el casamiento.
-Sí. Estoy re emocionada. Hace rato que los dos queremos concretarlo y siempre, por una cosa u otra, no lo podíamos hacer. Voy a estar trabajando y, desde Mar del Plata, coordinando cosas para la boda. Nos vamos a casar cuando volvamos de temporada y haremos la fiesta el viernes 20 de mayo en el Palacio Leloir de Ituzaingó. Soy re Susanita, vengo de una familia del interior y convivir antes del casamiento no estaba bueno para mis viejos. Mi familia lo adora a René, pero sentía que le faltaba un moño a nuestra relación. Nos llevamos muy bien, somos muy amigos y es lo más importante que, además de ser mi pareja y mi amor, es mi mejor amigo. Desde que lo encontré, René me hace feliz todo el tiempo.
-¿Es celoso René?
-No le doy motivos. Yo soy celosa, pero no porque me vaya a hacer algo, sino porque estando en este ambiente las pibas se desubican. Son bastante busconas. Al principio era raro y me molestaba, ahora ya está. Estamos siempre juntos. Los dos sabemos nuestras claves de correo y de celulares. Pero respetamos la privacidad del otro. Creo en él, hay confianza, y si veo su teléfono abierto no soy de revisar las cosas. No lo veo a René metiéndome los cuernos, y a mí tampoco se me cruza por la cabeza. ¡Se come un caramelo! Si come jamón para qué va a ir a buscar mortadela.
-El casamiento era el broche de la relación. ¿Sigue la maternidad?
-Sí. Me encantaría ser madre. Después de la boda vendrá, porque lo hablamos. Soñamos con un hijo. A esta altura los dos pensamos que es lo que nos está faltando.
-¿Cómo se llevan en la convivencia?
-Bien. Él es el más ordenado, yo soy un desastre. Acomoda todo, no jode, es el hombre ideal. No sé planchar y él hasta con las manos estira para que no lo haga. Lo que hago muy bien es cocinar, pero no limpio ni ordeno. René es muy divertido y somos compinches. Desde el primer beso que nos dimos no nos separamos más. Mis viejos, cuando se enteraron de que me fui a vivir con él sin casarme casi me matan.