El combinado de Lionel Scaloni que sacó apenas un empate en sus dos presentaciones en el Grupo B y está obligado a conseguir un triunfo en la Arena do Gremio.

La cercanía de Porto Alegre con el territorio argentino no atrajo a los hinchas. Apenas un grupo de 10 o 15 personas esperó a la Selección en la puerta del Hotel Novotel. La llegada del equipo de Lionel Scaloni se produjo a las 21.45 y en silencio.

Si bien tampoco en Belo Horizonte había tenido un recibimiento caluroso, el frío -apenas unos 13° y un clima parecido a Buenos Aires- ahuyentó a aquellos que dudaban con acercarse al sitio que será la casa de Argentina hasta el domingo, cuando se jugará la clasificación a cuartos de final de la Copa América.

El avión aterrizó puntualmente a las 21, dos horas después de su despegue, y al cabo de 45 minutos el micro ploteado con los colores de Argentina dejó al plantel en el hotel ubicado a menos de diez kilómetros del aeropuerto internacional.

Una decena de hinchas, entre ellos una familia que llegó desde Misiones, solo vieron a los jugadores a la distancia. Messi, ubicado como es su costumbre en uno de los últimos asientos del micro, saludó desde su ventanilla, acción que repitieron otros futbolistas.

Sin embargo, los futbolistas no tuvieron contacto con la gente ni se acercaron luego de que el ómnibus se detuviera en una entrada lateral y no en la principal, donde esperaba el grupo de unos 15 fanáticos, señala Clarín.

La Selección ya descansa en Porto Alegre a la espera del duelo clave con Catar, este domingo a las 16. Scaloni dispuso que el primer entrenamiento allí sea este viernes a las 15 en el predio del Inter de Porto Alegre.