La reanudación por parte del Reino Unido de la búsqueda del futbolista argentino Emiliano Sala, desaparecido cuando volaba el Canal de la Mancha el 23 de enero, se recibió en su entorno familiar como una "buena noticia", a la espera del milagro de encontrarlo con vida. En las próximas horas, si el clima lo permite, comenzará el rastrillaje submarino.
El martes confirmaron la aparición de dos almohadones que podrían pertenecer al Piper PA-46 Malibú que se perdió de los radares cuando viajaba desde Nantes a Cardiff con Sala y un piloto a bordo. Los mismos fueron encontrados por una señora en una playa de la localidad de Surtainville, en el noroeste de Francia, frente a las islas anglonormandas de Guernesey y Jersey.
Un primer análisis de esos restos indicó que pueden pertenecer al avión en el que llevaba a Sala de regreso a Cardiff, club por el que acababa de fichar, tras despedirse de sus antiguos compañeros del Nantes. La Oficina de Investigación y Análisis (BEA) francesa remitió la información a sus homólogos británicos de la AAIB, que son quienes se ocupan de la investigación y de la búsqueda del avión.
Esta vez se estudiará el fondo del mar mediante un buque de inspección submarina de la Armada británica que comenzará a trabajar en las próximas horas si el clima lo permite. La AAIB coordinará sus labores con las ordenadas de forma privada por la familia de Sala, que obtuvo aportaciones de futbolistas de todo el mundo para ello.
Los homenajes al deportista siguen ocurriendo tanto en Nantes como en la provincia de Santa Fe, donde el pasado lunes el hermano de Sala, Darío, estuvo presente en el partido que enfrentó a Colón y Argentinos Juniors y junto a amigos de la familia mostró una bandera argentina con la petición de que no dejaran de buscar a su hermano.