Lionel Messi fue agredido la pasada fecha en el encuentro ante Valencia, tras el gol del Barcelona, que se impuso 1 a 0 por el tanto de Busquets sobre la hora. La Pulga recibió un botelllazo, pero el árbitro David Fernández Borbalán no le creyó y lo amonestó de manera increíble, por considerar que estaba haciendo tiempo. Ante esto, el Tribunal de Apelación le dio lugar al pedido del conjunto catalán y determinó que el el rosarino no demoró el encuentro, sino que el golpe había sido real.
De esta manera, Messi llega más liviano de amarilla al choque del Barcelona por la Liga (es escolta a dos puntos de Real Madrid), que será en la Fecha 15 ante Espanyol como local este domingo a las 13. No obstante, vale resaltar que el hecho ante Valencia fue llamativo, porque el argentino suele ser respetado en todas las canchas en las que se presenta, salvo en la de Real Madrid, el clásico rival, donde ha tenido varios cruces con los simpatizantes. En algunos casos provocados por los aficionados del Merengue y en otros por el volante sudamericano.
Por lo pronto, el 10 sigue con otro muy buen año en el Barcelona, en el que si bien no pudieron ganar ni la Copa del Rey, ni la Champions League ni la Liga española, en lo personal se pudo dar el gusto de quedar en la historia como el máximo anotador del campeonato español al superar a Telmo Zarra y de la Liga de Campeones de Europa, tras dejar atrás la marca que tenía Raúl, el mítico delantero del Real Madrid.