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El paso de Sava por Boca: estuvo seis meses y jugó con Riquelme y Maradona

El actual DT de Patronato llegó a mediados de 1996 por pedido de Billardo y como una gran promesa de Ferro, pero duró un semestre de volante por izquierda. En ese lapso estuvo al lado del dirigente xeneize y de la leyenda argentina.

26 de Octubre de 2022
Facundo Sava tuvo un paso por seis meses en Boca.

En la Primera División argentina solo algunos pocos futbolistas lograron cruzar la frontera de los cien goles. Retirado en 2010, Facundo Sava puede golpearse el pecho de orgullo por pertenecer a este grupo histórico de artilleros. Siempre bien ubicado y dueño de un cabezazo furibundo, durante años hizo lo que quiso en el área rival. Acumuló 104 gritos, un par más que leyendas de la inmensidad de Félix Loustau y Ernesto Grillo. Salvo Racing, lo padecieron el resto de los grandes. No se salvó ni Boca, al que enfrentará este miércoles como DT de Patronato en la Copa Argentina.

 

Los hinchas que comenzaron a mirar fútbol en este siglo lo recuerdan como un gran finalizador de jugadas. Un nueve que no tenía miedo de fajarse con los centrales y solía clavar en la red las pelotas que le quedaban picando cerca. Flaco de piernas largas y 1.90 de altura, reunía todas las características de un goleador tallado en las Inferiores. Aunque en sus inicios en Ferro jugaba lejos del arco adversario.

 

En Caballito, donde debutó a finales de octubre de 1993, Sava era volante, un puesto que ya conocía de su infancia en el Club Argentino de Ituzaingó. Tenía la confianza total de Carlos Timoteo Griguol. "Me ha hecho jugar hasta de defensor. Eso lo trabajaba con nosotros y nos hacía cambiar de puestos para que conozcamos", contó el año pasado en Cielosports tras su muerte.

 

No cualquiera se mete al Maestro en el bolsillo. Ni tampoco despierta el interés de Carlos Bilardo, quien lo buscó a mediados de 1996 para reforzar a Boca. Llegó con apenas 22 años y a cambio de un millón de dólares. Era una de las grandes apuestas del Doctor, pero apenas duró un semestre.

 

Sava hizo su estreno con la camiseta azul y oro en un amistoso con Olimpia de Paraguay que finalizó en empate 1-1 en Mar del Plata. Bilardo lo plantó desde el silbatazo inicial en el José María Minella, cerca de Marcelo Trobbiani, Diego Latorre y Gabriel Cedrés, y lo reemplazó a los 21 minutos del complemento por Pepe Basualdo. Los diarios deportivos lo calificaron con cinco puntos.

 

Su debut oficial, sin embargo, ocurrió dos meses más tarde por la décima fecha del Apertura 1996. En un muy recordado clásico frente a Independiente, no por su desempeño en La Bombonera sino por haber sido el primer y único duelo entre Bilardo y César Luis Menotti, campeones del mundo e íntimos enemigos.

 

El Colorado empezó el domingo sentado en el banco, ingresó en el entretiempo por Diego Cagna para galopar sobre el andarivel izquierdo y estuvo a centímetros de marcarle a Faryd Mondragón: quedó mano a mano con el colombiano tras una notable asistencia de Latorre y sacó un zurdazo de aire que se fue besando el poste. Finalmente, Boca perdió 1-0 y se marchó en llamas con el árbitro Roberto Ruscio.

 

No fue un buen campeonato para el Xeneize (terminó 10° de 20) y a Sava le costó ganarse un lugar entre los once principales. Fue más una rueda de auxilio para las segundas partes, un mediocampista con vocación ofensiva que tuvo que encadenarse a la función de N°3 cuando el adversario empujaba. Luego del tropiezo con el Rojo, disputó otras seis jornadas, todas ingresando como suplente, y no pudo dejar su firma en el marcador. Pero sí se dio el gusto de tirar algunas paredes con Juan Román Riquelme en el verde césped.

 

También compartió entrenamientos ni más ni menos que con Diego Armando Maradona. "Compartimos cancha solo cuando él jugaba para los suplentes", relató el año pasado en ESPN. Y aportó: "Él iba a entrenar con nosotros casi todas las semanas. Lo que me pasó con Diego no me pasó con nadie en el mundo. Estuve con Beckham, Henry? A Maradona no podía parar de mirarlo. Cuando llegábamos al vestuario nos dábamos cuenta que estábamos todos en la misma situación. Para mí es un tipo especial. Nos ha hecho vivir tantas emociones que tenerlo ahí era increíble".

 

En el amanecer de 1997 jugó su segundo compromiso como titular desde su llegada. Y el último como jugador de Boca. Ocurrió el 14 enero, nuevamente en un amistoso contra San Pablo en el Morumbí de Brasil. El Xeneize, que ya estaba timoneado por Héctor Veira, perdió 3-1 por la Copa Hermanos y el Colorado no llegó a terminar el primer tiempo por una tarjeta roja.

 

Enfiló para las duchas con el ceño fruncido y la cabeza gacha. Fue su última imagen con el escudo azul y oro en el pecho. El Bambino no lo iba a tener en cuenta para afrontar la temporada y le aconsejó buscar un nuevo destino. Uno de los que primero que se fijó en él fue Gimnasia, que le ofreció protagonismo en la máxima categoría y la posibilidad de renacer futbolísticamente.

 

Cerrada su incorporación al Lobo platense -tiempo después se convirtió en un verdadero rompe redes-, juntó sus pertenencias y se marchó de La Bombonera silbando bajito y por la puerta del fondo. Fueron seis meses discretos, que rápidamente se escaparon de la memoria bostera, aunque para el Colorado significaron "tiempos de crecimiento", como afirmó en El Gráfico hace poco más de una década.

 

"Yo venía de Ferro -agregó- y en verdad ingresé a otro mundo, en una etapa del club que no era sencilla, pero a la que yo le di la importancia que tenía para mi carrera. Aprendí mucho con Bilardo y también con el Bambino Veira. Había dirigentes muy profesionales, gente exigente como a mí me gusta. Yo era chico, estuve poco tiempo pero cada vez que me tocaba entrar lo hacía con plena satisfacción. No hice goles, pero nunca me quejé por eso. Para mí fue una experiencia fantástica".

 

Se fue sin poder levantar un título ni hacer delirar a los hinchas en Brandsen 805, pero con una frase de Bilardo tatuada en el alma que lo acompañará por siempre. "Me llenó de orgullo que una noche, bien tarde, me llamara a mi casa para agradecerme todo lo que había dado por la camiseta. ´Seguí así, que te va a ir bárbaro´, me dijo, y eso no lo voy a olvidar jamás".

 

Este miércoles, en el Estadio Bicentenario de San Juan, Sava volverá a cruzarse con Boca por la semifinal de la Copa Argentina. No es la primera vez que lo enfrenta como director técnico. Sin ir demasiado lejos en el tiempo, el último antecedente se dio hace menos de tres meses: paliza 3-0 en Paraná y alegría para el Colorado, que también le ganó con Unión de Santa Fe en 2013 y con Racing en 2016.

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