Grecia vive una época de cambio, tanto en lo político como en lo deportivo. Y ahora, cansados de la violencia, los griegos decidieron parar el fútbol a raiz de los incidentes que se produjeron entre los hinchas del Panathinaikos y el Olympiacos durante el clásico que se disputó el último fin de semana en el cual los Verdes se impusieron 2-1 sobre el equipo del Chori Domínguez, que marcó el descuento. La medida fue tomada por Stravos Kondonis, Ministro de Deportes, y abarca a todas las categorías que se disputen en aquel país. De esta manera, la primera, segunda y tercera división quedarán en un stand by que no se sabe cuánto durará.

La pelea entre las barras que protagonizan el clásico más violento de toda Europa se desarolló en las afueras del estadio, antes del comienzo del partido y en el entretiempo. Además, se vivieron momentos de tensión cuando ambas parcialidades invadieron el campo de juego y se atacaron con bengales. Finalmente, y para desgracia del fútbol, el arbitro tuvo que parar el encuentro cuando aun faltaban ocho minutos y se registraron un total de 60 detenidos. Una medida que puede causar polémica, pero lo cierto es que se paró el deporte y el fútbol vuelve a pagar por los violentos.