La primera en entrar fue Antonella, "con un aire a Karina Jelinek", acotó Rial de esta morocha que, producto de la emoción, no lograba articular palabra. Luego llegó el turno de Valentina, estudiante de comunicación.

Y enseguida Bárbara, que aclaró que "me mantiene papi", y se definió como una "una manipuladora emocional. Soy una encantadora de serpientes", precisó.

Por último, Ainelén. La morocha es odontóloga. "Quiero ganar el premio para comprar la casa donde vivo", dijo. Se declaró "muy mandona", resaltó que le "encanta dirigir" y yendo más concretamente a sus nuevos compañeros, dejó esto: "Son muy pend. . . (de edad, quiso decir)".

Jorge Rial informó finalmente que "dos se quedarán dentro de la casa".

El toque emotivo fue el encuentro de Mauricio con su madre, un sorpresivo e inmejorable regalo de cumpleaños. Y la concreción de un sueño esperado: enterarse de que su hermanito, de 2 años (un niño abandonado acogido por su madre, enfermera de profesión) ya tiene avanzado el esperado trámite de adopción.

<b>Antonella Rosetti</b>

Modelo y productora de 23 años. Sueña con ser exitosa dentro del campo de la cirugía plástica. "Entro para jugar sola pero voy por Luifa". Aseguró que va a usar parte del dinero para donarlo a chicos en situación precaria.

<b>Valentina Ramella</b>

Estudiante de comunicación. 18 años. "Me gustan los desafíos". Confesó que entra a la casa a divertirse y a no quedarse de brazos cruzados. "Soy chiquitita pero poderosa" disparó.

<b>Bárbara Kolm</b>

Se define como buena "socióloga" porque "soy experta en no hacer nada". Tiene 24 años. Confesó ser mantenida por su padre y que es una excelente "encantadora de serpientes".

<b>Ainelén Thavenon</b>

Tiene 28 años. Es de Río Gallegos. Odontóloga. "Me gustaría ganar para poder comprar una casa que era de mis abuelos" contó. Asimismo, se definió como "mandona" y una persona a la que le gusta "dirigir a los demás".