Independiente del Valle recibe a Banfield en el estadio Atahualpa, de Quito, por el duelo de vuelta correspondiente a la segunda fase de la Copa Libertadores. Será a las 21.30, con el arbitraje de Eber Aquino (Paraguay). El encuentro será televisado por Fox Sports 2. En el de ida igualaron 1 a 1 en el Florencio Sola.

El Taladro debe salir a ganar o al menos convertir goles, ya que si persiste la igualdad en cero, los ecuatorianos se quedarán con el boleto a la tercera fase. Si igualan 1 a 1, se definirá desde el punto de penal. En cambio, si termina en empate con un resultado mayor a un gol, la clasificación será para los argentinos. El que gane clasificará automáticamente.

El ganador de esta llave enfrentará en la próxima fase al vencedor del duelo entre Chapecoense de Brasil y Nacional de Uruguay (0-1 en la ida para el equipo de Montevideo). Y quien logre imponerse en la tercera fase, integrará el Grupo 6 con Santos de Brasil, Estudiantes de La Plata y Real Garcilaso de Perú.

Banfield no contará con el central Gonzalo Bettini, quien fue expulsado en el partido de ida. En su lugar, entrará el paraguayo Danilo Ortiz. Tampoco estará en el banco de suplentes el entrenador Julio Cesar Falcioni, de 61 años, quien se encuentra en proceso de recuperación tras haberse sometido a una operación de laringe en diciembre pasado. Omar Piccoli, uno de sus ayudantes de campo, será quien conduzca al equipo del Sur.

Independiente del Valle es dirigido por el argentino Gabriel Schürrer, quien el año pasado estuvo al frente a Deportivo Cuenca, equipo al que clasificó a la Copa Sudamericana. Y en su plantel cuenta con los argentinos Richard Schunke (ex Almagro), Maximiliano Barreiro (ex Deportivo Merlo), Juan Pablo Segovia (ex Lanús, Atlanta y Los Andes) y Cristian Pellerano (ex Nueva Chicago, Atlanta, Racing, Independiente y Arsenal).

El conjunto de Ecuador juega habitualmente de local en el estadio General Rumiñahui de Sangolquí, situado en un valle a 2.500 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, su capacidad es de 7.500 personas, y no cumple con los requisitos previstos para la capacidad mínima en la Copa Libertadores (10.000 aficionados). Por ello, obliga su mudanza a Quito.