Cambiante, entretenido, incierto y con la cuota de dramatismo necesaria para convertirlo en un verdadero partidazo. Así se dio el primer compromiso de la temporada para la franquicia nacional que se testeó ante el último subcampeón de la competencia y terminó pagando por errores propios y virtudes ajenas.

El arranque del juego no fue el soñado para los conducidos por Gonzalo Quesada, ya que entregaron la posesión y el dominio territorial y los forwards visitantes se encargaron de hacer el resto para llegar, vía maul, a la primera conquista a través del potente Marnus Schoeman.

Sin embargo, el local no se desesperó, mantuvo a rajatabla su plan inicial y logró dar vuelta la historia con dos penales de Joaquín Díaz Bonilla -una sobria actuación mostrando una alta eficacia a los postes-, y un gran try de Santiago Medrano luego de una buena jugada elaborada por los delanteros.

Pero los sudafricanos retomaron la iniciativa y, sustentado en la potencia física y en algunos errores no forzados de su adversario, encauzaron el curso del partido con un acierto de Jantjies y una nueva intervención de Schoeman para el transitorio 15-13 parcial.

En el complemento el local tuvo la oportunidad de pasar al frente con un maul arrollador, pero falló en la última puntada y le otorgó a su oponente la chance de recuperarse. ¿Cómo pagaron los Lions? Con el hat trick de Marnus Schoeman desprendiéndose de una formación móvil para el 22-13 parcial.

El aire renovado que llegó desde el banco tonificó a los argentinos que se acercaron con un penal de Díaz Bonilla y pudieron pasar al frente con una gran intervención del ingresado Marcos Kremer, pero el entrerriano perdió el control de la pelota cuando se aprestaba a apoyar.

Ese cumulo de pequeñas imprecisiones inyectaron de confianza al último subcampeón que liquidó el pleito con un penal Jantjies y luego aguantó los embates nacionales que siempre falló en la última puntada.

Mucho para trabajar en la semana para el equipo de Quesada que mostró varios signos positivos, pero deberá revisar su eficacia en los metros finales, ya que, en este nivel, es lo que termina inclinando la balanza de uno u otro lado.