El mate es una costumbre arraigada y hasta ahora no se han documentado casos de enfermedades transmitidas por vía respiratoria u otros materiales biológicos, en los cuales el compartirlo sido el mecanismo de transmisión.
Sin embargo, y considerando el riesgo teórico, se sugiere que aquellos que tengan enfermedades transmitidas por vía respiratoria, por ejemplo, gripe, se abstengan de convidar hasta que la enfermedad haya sido superada.
En épocas de coronavirus, lo mejor es que cada uno tome del suyo. De todos modos, previo a la pandemia lo aconsejable era tomarlo con personas conocidas o con familiares, no en grandes comunidades. Que con quien se comparte esté sano, sin ningún síntoma respiratorio ni enfermedad.
En las embarazadas sería restringido al máximo y que sea de uso exclusivo para ella. Además, es importante el lavado del recipiente y la bombilla con agua caliente al terminar. Y secarlo, porque si uno lo deja 24 horas a temperatura ambiente, dependiendo del clima comienza la formación de hongos por la humedad de la yerba.
Antes que nada hay que curarlo. Una vez que la calabaza está bien curada y se empieza a tomar allí, es conveniente al terminar tirar la yerba y enjuagarlo, escurrir y dejar secar boca arriba. El error más grande es dar vuelta el recipiente y ahí es donde se forman hongos.
Para la bombilla se recomienda una de material de alpaca o acero quirúrgico, porque se adaptan fácilmente y su costo no es elevado. Y al menos una vez al mes, sumergirlas en agua hirviendo durante 30 minutos con dos cucharadas de bicarbonato de sodio.
Después, con un cepillo limpiar adentro cualquier residuo que haya quedado de yerba. Para un uso práctico e higiénico, usar mates de vidrio o cerámica, que son los dos productos más neutros y que si te olvidaste de sacar la yerba y no tenés tiempo de limpiar, tirás, enjuagás y empezás de nuevo.
Para preparar un buen mate es conveniente respetar los siguientes pasos: cargar un recipiente hasta las tres cuartas partes, con la yerba a ser evaluada. Luego taparlo con la palma de la mano, darlo vuelta boca abajo y agitarlo enérgicamente.
Esto permite mezclar todos los componentes y evitar que la bombilla se tape. Volvemos a la posición inicial, dejando un pequeño canal, en donde colocaremos el agua tibia (40º), es fundamental realizar éste proceso para evitar que la yerba se queme.
Seguimos los pasos colocando la bombilla en el canal, bien al fondo. Luego cebamos con el agua del termo, que debería estar entre 80º y 85º, según La Nación.
Tanto para un mate mal curado o uno que estuvo varios días y se llenó de hongos, tirar la yerba, llenar el recipiente con agua hirviendo hasta arriba y dejar unos minutos reposar. Luego arrojar el agua y con una cuchara raspar la piel negra que quedó adentro.
Una vez que se desprendió la capa de humedad, enjuagar bien y en caso de querer seguir usando la calabaza, volver a curarlo, siempre y cuando no haya quedado más de una semana y el recipiente esté negro por dentro.
Si se pasó la cuchara y todavía se ve clarito atrás de esa capa oscura es porque todavía se puede salvar, sino hay que descartarlo y empezar a curar uno nuevo.