Cinco "mulas" que integraban una organización narcocriminal fueron detenidas por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) cuando abordaban un avión en el aeropuerto de Ezeiza rumbo a España; llevaban cuatro kilos de cocaína en sus zapatillas y oculta en la ropa interior.
Así lo informaron a <i>La Nación</i> fuentes judiciales y de la PSA. Los investigadores bautizaron el operativo como "La banda de papi-fútbol", por la cantidad de acusados.
Si bien las detenciones se produjeron el viernes pasado, el hecho se conoció públicamente en las últimas horas, después de que el juez en lo Penal Económico Marcelo Aguinsky levantara el secreto de sumario. <b>Los detenidos son todos ciudadanos argentinos de entre 22 y 39 años e iban a viajar a España en el vuelo UX 042 de AirEuropa.</b>
El caso comenzó cuando personal de la PSA controlaba a un pasajero que estaba por embarcar. Cuando estaban revisando su ropa, el joven se puso muy nervioso, según explicaron fuentes de la investigación. "Los detectives de la PSA le solicitaron que se identificara y le formularon preguntas sobre su itinerario y el motivo del viaje, según el protocolo para estos casos. El pasajero respondió en forma contradictoria y eso constituyó un perfil de posible caso de contrabando", explicaron fuentes oficiales.
El mismo informante agregó: "En otro de los sectores habilitados para los controles, personal policial detectó a un pasajero sobre el cual se activó la alarma del dispositivo de detección; a continuación se le aplicó el procedimiento de control sobre sus ropas y las preguntas de rigor. Del procedimiento resultó que el pasajero portaba unas plantillas moldeadas con cocaína".
Ante esta situación, el primer pasajero, que contestaba las preguntas de forma nerviosa, observaba con atención el control del personal policial sobre el hombre que había activado la alarma. Tras una consulta con el Centro Operativo de Control (COC) y otras averiguaciones de los detectives, se logró vincular a los dos viajeros con una tercera persona que estaba en la zona de embarque. "Otras tareas investigativas permitieron determinar que eran cinco las personas que habían llegado juntas y que viajarían en el mismo avión", sostuvo una fuente.
Uno de los primeros pasajeros demorados con la droga fue a identificar a sus dos otros acompañantes que ya estaban en el preembarque. "Se trasladó a todos los sospechosos a la guardia, donde se estableció comunicación con el juzgado de Aguinsky, desde donde autorizaron la requisa de las personas y sus demás pertenencias, dando como resultado que los cinco pasajeros transportaban cocaína oculta en sus zapatillas y en su ropa interior. El total de droga secuestrada fue de 4,036 kilos", informaron fuentes con acceso al expediente.
También se les decomisaron a los detenidos 5745 pesos, 1448 euros, tres tarjetas de crédito y cinco teléfonos celulares.
<b>"Es excepcional que se encuentren cinco «mulas» en un mismo vuelo. Lo más común es que haya una persona con droga oculta y otra que viaja en el mismo avión para controlar. A lo sumo puede ser que haya dos «mulas», pero cinco es una situación inédita", dijo una calificada fuente judicial.</b>
Pocas horas después de las detenciones y de las declaraciones indagatorias, el juez Aguinsky ordenó un allanamiento en un departamento del barrio porteño de Monserrat, donde se secuestró una notebook, una máquina selladora al vacío y dos "moldes de acero similares a las suelas de zapatos", según explicaron voceros de la investigación.
El juez Aguinsky procesó a las cinco "mulas" por tentativa de contrabando de estupefacientes. "Podemos decir, en términos futbolísticos, que entre los cinco detenidos está el capitán del equipo. Ahora tenemos que tratar de identificar y detener al DT, que sería el líder", ironizó una calificada fuente judicial.
Después de la detención de las "mulas", el juez Aguinsky estuvo en el aeropuerto de Ezeiza, donde se reunió con directivos de la PSA. El magistrado y la jefatura de la fuerza de seguridad acordaron que en próximos procedimientos el sumario de prevención se realizará directamente en el juzgado, en avenida de los Inmigrantes 1950, en Retiro, para que en caso de tener que tomar una medida preventiva, como puede ser un allanamiento, se gane tiempo en beneficio de llegar a los eslabones superiores de la banda.
"Por ejemplo, si uno de los sospechosos se quiere acoger a la figura del arrepentido, puede tener una reunión con su abogado en el juzgado y nosotros podríamos avanzar más rápido con la investigación", explicó una fuente judicial.