“Mi hermano es adicto y hoy no sé dónde está. Me cansé de seguirlo por todos lados tratando de sacarlo en donde estuviese. Se fue de casa a los 14 años y fue a institutos de menores, lo fui a ver a la cárcel, lo iba a visitar a los hospitales porque lo molían a palos ya que se metía en todas las peleas. Lo fui a ver a Open Door, que es público, también a centros de rehabilitación privados. No salió nunca de las drogas”, contó Adabel Guerrero en charla con Seres Libres, por Crónica TV.
“Sentí que no era mi hermano cuando me di cuenta de que no era la persona con la que crecí, que me acompañaba, me defendía. Con él no tenía mucho vínculo. Usaba el vínculo de sangre que teníamos para usarme. La relación terminó cuando me pidió un dinero y me dijo que necesitaba no sé cuántos millones de dólares. Como le dije que no, fue a la tele para contar cosas de mi vida porque le ofrecían en ese entonces como 5 mil pesos por nota”, agregó.
Asimismo, Adabel habló de su madre y de cómo la afectó su adicción al alcohol. “Mi mamá sufrió depresión toda su vida. Fue alcohólica y murió siendo alcohólica: tenía cirrosis. Voy a tratar de no ir mucho para atrás porque lloro en tres segundos. Sobre todo pensando en mi hija de cuatro años”, expresó.
En ese sentido, explicó cómo repercutió en ella el ejemplo que tuvo como madre al momento de decidir formar una familia y tener hijos. “Tenía miedo de ser mamá porque al no tener un buen ejemplo temía no ser una buena madre. Me decía: ‘No voy a ser buena madre’. Hice terapia muchísimos años”, reconoció la vedette.
“Voy a tratar de decirlo desde la Adabel adulta, no desde Adabel niña, que siempre va a estar herida. Yo creo que hay heridas que no sanan nunca, hay heridas con las que se aprende a vivir. Y empezás a entender que ya no sos esa nena de 4 o 5 años, ya sos adulta”, aseguró Adabel.
“Vivir con una persona alcohólica es una película de terror. Es sentir que no hay piso, sostén, que estás todo el tiempo en el aire. Mi mamá terminaba internada siempre por como alcohólico. Pero yo, con 5 años y estando al cuidado de unos tíos le rezaba a la Virgen cada noche pidiéndole que mi mamá me viniera a buscar. Porque fuera lo que fuera era mi mamá”, relató.
Por último, se refirió a aquel día en el que, con 17 años, encontró sin vida el cuerpo de su madre. “Vino mi hermano a vivir a casa y fue un desastre. Me amenazó que me iba a matar y fui a hacer la denuncia. Allí me ofrecieron hacer terapia y eso me salvó la vida, porque empecé a tener una contención que antes no tenía”, concluyó Adabel Guerrero.